viernes, 10 de agosto de 2018

Beneficios de las lluvia en la agricultura

Para aquellas grandes regiones agrícolas donde no se dispone de riego la lluvia es la que posibilita la agricultura y el estudio de ella es la que permite definir el tipo de cultivo que se hará, las fechas de siembra y de cosecha, así como el resto de las labores agrícolas.
Las lluvias tienden a ser erráticas y habrán años lluviosos o menos lluviosos, los cultivos realizados usando las lluvias como fuente de agua tienden a tener cosechas buenas y malas dependiendo de si llueve suficiente o no o incluso se pueden perder las cosechas si llueve demasiado, las defensas que tiene el agricultor en este caso es mejorar el suelo al máximo para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua y que los cultivos no sufran por falta de agua si las lluvias no tienen la regularidad requerida.
Las técnicas de labranza mínima son la máxima expresión de tecnologías para mejorar la captación de agua, ya que al no remover la vegetación en la superficie del suelo, se produce una obstrucción al flujo del agua en la superficie favoreciendo la infiltración aumentando en consecuencia la humedad del suelo y como beneficio adicional frenando la erosión.
 Estas técnicas son útiles si el suelo es poroso, por el contrario si ya el suelo se encuentra compactado por el paso de maquinarias o mal uso, se deben hacer prácticas de arado y subsolado para esponjar el suelo y de allí en adelante empezar a usar las técnicas de labranza mínima.

La incorporación de materia orgánica al suelo es otra estrategia, realizada por los horticultores y por los cañicultores. La materia orgánica aumenta significativamente la porosidad del suelo y evita la formación de costras en su superficie mejorando la absorción de agua.

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